21 octubre, 2013

Atención al público







Estas cosas siguen pasando en nuestro país, a pesar de la que está cayendo. Y es que hay gente que lo tiene muy claro, al parecer.

Si ampliáis la fotografía, podéis observar que el horario de atención al público es de 9 a 13 ¡que ya es atención!, pero, curiosamente, durante esa extensísima jornada laboral, a la empleada del lugar, le entra hambre y ¿qué hace?, pues largarse a un bar de los alrededores a almorzar, porque entre las 9 y las 10, con tanta actividad, convendréis que entra gazuza. Eso sí, dejando en la puerta, sobre el cartel de atención al público, otro que reza "He salido a almorzar. Disculpen las molestias". Por dios, faltaría más ¡qué molestias ni qué niños muertos! A tomar por culo quien vaya precisamente en ese horario sagrado y sublime del almuerzo, porque en este país que cada día me avergüenza más por donde lo mire, los de arriba nos dan y los de abajo..., también.

Hala, a cascarla a Parla

04 octubre, 2013

Lo he intentado, prometido...

Hay un silencio sepulcral entre mi vástago y yo. Un silencio que yo no he creado, aunque no me eximo de la responsabilidad de haber contribuido a su alimento. Así son las cosas. Siempre dije, basándome en aquellas palabras de mi amada madre, que el roce hace el cariño. Y cuando has ejecutado todas las obras de ingeniería espiritual para tender puentes entre dos islas, si sus pilares no se sostienen en aquélla, el puente no puede cruzarse. Quizás se deba a que él es rapero y yo ni lo intento. Hay algo que refiere la Wiki, que merece la pena leer "...en pro de la cultura urbana enfocada con un mensaje social que lastimosamente en estos últimos años ha perdido su esencia y se ha proliferado de los llamados "sifrinos" o "tukys" y toda clase de autodenominados Raperos que han puesto por el suelo esta cultura de las Calles, siendo esto para muchos cultores y conocedores del género como una verdadera vergüenza nacional, ya que el contenido de la mayoría de sus letras están cargadas de mensajes sexuales, políticos y degradantes que dejan en entredicho su "seriedad" en la sociedad, así como también sus vestimentas, dialecto y comportamiento están creando antivalores muy negativos a la juventud"...

Pese a todo, de cuando en cuando intento saber qué es lo que mueve la vida al otro lado, aunque sé que es un ejercicio de funambulismo, pero soy así de circense. Y me sumerjo en pequeñas dosis en ese movimiento (juro que nunca voy a llamarlo música y no debería llamarlo movimiento, pero es que no sé cómo hacerlo), llamado RAP. Escucho esas pretendidas rimas ejecutadas sin red por auténticos poetastros, con un machacón aporte de ruidos sacados de mil canciones porque la imaginación no da para más; y cuando lo hago por más de diez minutos, juro por Belcebú que no los vuelvo a escuchar.

Un tema de rap es ¿cómo decirlo?, como si algún tarado se quisiera transformar en líder espiritual de grandes masas con un ¿le llaman sampler? machacón e irritante y la lectura descontextualizada de una ensalada de noticias de cualquier periódico, con las que sistemáticamente están en un desacuerdo llorón y frustrante.

Berrean cual ciervos, echan esas rimas fáciles y bobaliconas (el material cerebral parece no dar para más), aprehendidas como decía, del periódico de cualquier día; y tratan de convertirse en Mesías. En tanto, entre rap y rap, se tocan los cojones, no le pegan un palo al agua y lo más comprometido que hacen, es levantarse antes de las doce del mediodía. Con esos mimbres no se hacen buenos cestos.

Igual han olvidado el verbo AMAR entre tanta frustración, tanta "denuncia", tanto pasotismo, tanto andar de ese modo en que lo hacen. Parecen cabreados con el mundo, con la sociedad, con el vecino y hasta con la propia vida y la madre que la parió.

Eh, todo esto es mi visión, que tengo todo el derecho a darla. Era por intentar conocer por qué este puto puente siempre está quebrado. Y como tenéis todo el derecho a manifestaros en contra, ya sabéis...

A cascarla, a Parla