21 junio, 2013

Para flaquear

Iba a decir "era", pero todavía es. Un amigo, un gran amigo. Fue mi jefe durante años y de su mano tuve grandes oportunidades que aproveché. Un gran profesional.

Estos empresarios españoles de pacotilla, más pendientes de intrigas y soplapolleces, que del trabajo bien hecho y de los que no van a chupársela; le segaron la hierba bajo los pies. Ya tenía el mundo medio armado. Los hijos independientes, la casa pagada... Y tenía edad para disfrutar de lo lindo, pero no, se empeñó en seguir currando y lo hizo por su cuenta, atesorando más pelas y pagando un gran tributo por ellas.

Cuando llegó la edad del retiro oficial, ya estaba hecho mierda. No llegó a disfrutar. Hoy es un ser cautivo de esa enfermedad con nombre alemán -por su autor, declaro-, que lo ha esclavizado a una silla de ruedas para siempre jamás.

Igual habría pasado, pero a mí me gusta imputárselo a esos mierdas que piensan que ser empresario es llenarse los bolsillos a costa de la sangre, el sudor y las lágrimas de sus trabajadores. Que no invierten un puto duro (me gusta el término), en mejorar las condiciones de trabajo y en el crecimiento de la actividad. Ellos quieren la pela ya, que para eso se han puesto  un gran despacho desde el que mirar cómo lo hacen los demás.

Porque si no hubiera pasado ese calvario que representa verte en la calle por intrigas y no por tu labor, igual no estaría como está.

Es un tributo. Mi agradecimiento por su generosidad y su cariño, por los míos. Por si el lunes, cuando se lo diga cara a cara, no me oye o no me entiende, o no quiere ni oírme ni entenderme.

Gracias, jefe.

05 junio, 2013

¿Crisis? Lo que no hay es vergüenza

Estamos en los tiempos que estamos, no hay vuelta de hoja. Pues pese a ello, esa chulería innata de algunos pequeños y medianos empresarios, hasta las últimas consecuencias.

Asunto: Tengo un neumático en la moto que me pierde aire. Cada vez que voy a utilizarla, al pedal para llenarla. Ha pasado hasta cuatro veces por el mismo taller para localizar la fuga (en la capital); unas veces era una cosa; otras, la otra... Y así meses y meses. Mañana tengo que hacer un uso intensivo de ella y me digo: venga, a reparar, que igual te toca darle aire entre destino y destino.

En los pueblos, ya se sabe, un puto establecimiento y a pasar por el tubo. Y es esa chulería a la que me refiero. Te miran de arriba a abajo y para reparar la goma de una rueda, te dicen: es que el mecánico está de vacaciones... Oiga, que es un pinchazo, o un poro... Ya, pero hay que desmontar la rueda. O sea, que a este hombre habría que hacerle un monumento porque en un taller de reparación de neumáticos, tiene un especialista para cada cosa. Ya te digo: a cojón visto, macho seguro.

Así es que mañana, gracias al entusiasmo, a las ganas de trabajar y echar un euro en el cajón de esos pequeños monopolios, me toca ir dándole presión cada cuatro horas para no reventar completamente el neumático que no podré cambiar hasta final de mes. Mierda de país.

Y hablan de créditos y ayudas. Eso, para quienes demuestran interés, quienes se echan al ruedo y torean lo que sea dentro de su profesión, pero a éstos, a los "empresarios" de toda la vida, que les vayan dando porque tienen de cualquier cosa, menos de empresarios.

Y dicen algunos que no hay trabajo, que la crisis... Y yo digo que lo que no hay es vergüenza. Así nos va.

Ale, a cascarla, a Parla

01 junio, 2013

Con dos cojones...

Sí señor, con dos cojones... Acabo de recibir un sms de alguien que dice ser y llamarse "NAVERLINE", que me ofrece un servicio que me ha costado trabajo interpretar, pero claro, ya sabéis, a cojón visto...

Traslado aquí el texto para solaz de quienes saben leer y escribir; bueno, para solaz y cachondeo. "Es gloria. Llamemos y enviemos mensajes gratis en LINE". O sea, colegas, que llaman y envían mensajes gratis, "en LINE".

Joder, no tiene desperdicio. La brillantez de algunas mentes está fuera de toda duda: se trata de hispanos. Lo juro por las barbas de un sapo, que hacía años (a lo mejor no tanto) que no oía eso de "qué  bien nos lo pasemos", "lleguemos ya de noche", "llamemos a la puerta y no había nadie"..., pero el juramento es más grande cuando digo que nunca lo había visto escrito.

Le deberían dar algún crédito a la innovación y a las geniales ideas. Porque van lanzados.

No sé si apuntarme, aunque sé dónde mandarlos...

A cascarla, a Parla.